Fecha: 26 de junio 2020
Autor: Clau Salcedo
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México
Maestría de género e igualdad en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
Master en Consultoría SAP FI y BPC en el instituto de directivo de empresa en Madrid
Consultora SAP
Creadora de muyintercultural.com, blog enfocado en todos los migrantes hispanohablantes, parejas multiculturales y relaciones a distancia.
Si estás leyendo este artículo es porque seguramente tienes en mente, estás a punto o has migrado por amor. Sea lo que sea, déjame decirte que esta decisión cambiará tu vida como nada. No te lo digo para asustarte, sino para que sobredimensiones la decisión que estás tomando y la tomes de manera consciente.
Yo migré por amor a España hace cinco años, siempre que cuento que migré por esa razón, me topó con frases como: “¡Qué romántico! ¡Qué bonito! ¡Ohhh, lo que una hace por amor! ¡Lo que has hecho por él! Estas frases suenan muy idílicas, ¿no? Pero debo decir que estas expresiones estaban muy lejos de agradarme, tanto a mí como a mi pareja.
Al principio no sabía la razón por la que no me gustaba que la gente dijera ese tipo de frases; pero ahondando en la razones, me di cuenta que era porque me restaba poder de decisión a mí, era como si hubiera renunciado a todo mi mundo (mis amistades, trabajo, familia) persiguiendo a un gran amor y dejándole toda la responsabilidad a él para que me hiciera feliz. Me dejaban como la mujer abnegada, sacrificada, que todo lo da por amor y se queda en segundo plano. Y no, no era así… ¡Fue mi decisión!
Estaba claro queme mudaba específicamente a este país porque mi pareja es oriunda de aquí y le encanta su Sevilla. Pero tomé esta decisión porque barajamos juntos las opciones que teníamos para echar raíces a futuro y lamentablemente mi país es más inseguro. Además, el trabajo en el proyecto de mi pareja había terminado y por si fuera poco yo estaba cansada de trabajar en televisión. Quería salir de mi zona de confort y conocer otra cultura y gente. Y tenía muy claro, que ésta decisión iba a ser sólo mía y que en ningún momento lo culparía a él, por si las cosas no salían bien o como yo las imaginaba.
El 01 de noviembre de 2015 con tres maletas, mi propia reserva emocional y económica, entre lágrimas y nostalgia me despedí de mi familia y me embarque en ésta nueva aventura. No sin antes asegurarme de mudarme con cierta independencia intelectual, económica y social. Así fue como antes de mudarme, conseguí una beca para hacer una maestría en una de las universidades de Sevilla; así mientras mi pareja trabajará, yo estaría estudiando la maestría de mis sueños, vendí mi coche y me dediqué a ahorrar meses antes de la mudanza, para así también tener mi propio dinerito y poder contribuir en lo que encontrase trabajo. Como puedes ver, me mude a otro país, pero con un plan trazado en mi mente. Un plan que incluía emprender un camino junto a mi pareja y a la par.
Debo decir que pese a venirme con ese plan bajo los brazos; la adaptación no fue fácil. Nadie te dice que vas a pasar un duelo migratorio; que habrá momentos en que te preguntes, ¿qué demonios hago aquí? Nadie te menciona la soledad a la que te vas a enfrentar y que no vas a hacer amistades de la noche a la mañana. Nadie te habla de lo difícil que es reinventarte laboralmente y encontrar un nuevo trabajo. Nunca escuché que alguien me hablara de lo difícil que es ver envejecer a tu familia a distancia ni sobre la impotencia y culpabilidad que sientes cuando les ocurre alguna enfermedad o incidente y no estás físicamente para ellos.
¡No…! no cambiaría por nada del mundo mi decisión de mudarme a otro país, me ha hecho crecer como ser humano en todos los aspectos, tengo un compañero de vida excepcional y me encanta el nuevo hogar en el que he echado raíces. Sin embargo; hoy más que nunca me he dado cuenta que migrar por amor, es una decisión que va más allá del romanticismo que puede llevar implícito. No es ese cuento de amor romántico que nos vende el patriarcado, en el que… “y se mudó a vivir por amor a España y vivieron felices para siempre”. Es una decisión trascendental, que implica un cambio de vida 180° grados, con muchas pérdidas y ganancias. Una decisión que te invito a sopesar, a pensar y a echarle cabeza más allá de lo que sientas por esa persona especial.
Por si necesitas más luces en este camino, eres expat, pareja multicultural o tienes una relación a distancia, te invito a visitar mi blog: www.muyintercultural.com
¡Un abrazo a ti, migrante valiente!
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