Fecha: 4 de agosto 2020
Autor: César Casiano
Mejor estudiante de la generación de de Relaciones Internacionales 2005, y Magna Cum Laude, Universidad de las Américas.
Segundo promedio más alto de la maestría en Ciencias en Desarrollo Sustentable y tesis con honores, Tecnológico de Monterrey.
Doctorado en Innovación y Gobernanza para el Desarrollo Sustentable, University of Twente.
Hola mi nombre es César y soy investigador en la universidad de KU Leuven en Bélgica y miembro del Sistema Nacional de Investigación en México.
Quizás en México la Universidad de Leuven no es muy conocida pero se encuentra entre las mejores 50 universidades del mundo. Mi investigación se centra en temas de gobernanza, cambio climático y, en general, lo que son las Metas para el Desarrollo Sustentable.
Estudié la licenciatura de Relaciones Internacionales en la Universidad de las Américas-Puebla, mi maestría en Ciencias en Desarrollo Sostenible en el Tecnológico de Monterrey y mi doctorado en Innovación y Gobernanza para el desarrollo Sustentable en la Universidad de Twente en Los Países Bajos.
La verdad es que tuve mucha suerte en escoger una licenciatura que me encantó. Para ser honesto, fue una decisión de último momento y no sabía bien de que se iba a tratar, pero siempre me gustó la historia y la filosofía y esta carrera las tenía como parte de su programa.
Siendo totalmente honesto, nunca imaginé vivir en Bélgica y menos en Bruselas. De hecho, la primera vez que visité la ciudad, no me gustó y hasta comenté a mis amigos que nunca regresaría. Sin embargo, la vida esta llena de sorpresas y después de terminar el doctorado, junto con mi pareja decidimos que iríamos a donde encontráramos mejores oportunidades para los dos y resultó ser aquí.
Llegué a mediados de 2017, por lo que ya llevo 3 años por acá. Venía con esa impresión negativa que tuve la primera vez. A mí no me gusta el clima cálido y el día que llegué a Bruselas estaba a más de 30 grados, tenía gripa y vi la ciudad sucia. Venía de estar en Holanda, en una pequeña ciudad que es muy ordenada y limpia. Así que mi comparación fue inmediata. Debo de reconocer que con el paso del tiempo le he ido agarrando cariño a la ciudad, lo internacional que es, lo multicultural, excelente comida, chocolates, pastelería, cerveza, en fin. Muchas cosas que hacen de la ciudad una gran experiencia.
Una de las cosas que realmente me impresionó culturalmente, es la manera en la que celebran los cumpleaños. En Holanda y la región de Flanders que es donde trabajo, cuando es tu cumpleaños, tu tienes que traer tu pastel e invitar a tus colegas. Yo venía acostumbrado a como celebramos en México, donde tus amigos y colegas te festejan a ti y te compran tu pastel.
Uno de los mayores desafíos son los procesos burocráticos, debido a la forma de gobierno de Bélgica, su administración es muy compleja por lo que muchas veces ni los mismos funcionarios saben lo que hay que hacer, también te enfrentas a que hay tres idiomas oficiales y eso hace también los trámites complicados.
Realizo investigación, en la mayoría de los casos son proyectos financiados por la Unión Europea. Normalmente es con la colaboración de diferentes universidades europeas y de otras partes del mundo. Personalmente también tengo mi línea de investigación sobre gobernanza del agua y adaptación al cambio climático en México y Europa. Escribo artículos científicos, reportes de investigación, asesorías a actores gubernamentales u ONGs ,y en algunas ocasiones, imparto seminarios y asesoro estudiantes de maestría y doctorado.
La ética de trabajo en Bélgica es muy similar a la de México ya que en la parte laboral no encuentro muchas diferencias. Quizás tiene que ver con el ritmo que tiene la academia y la investigación en general.
En lo que respecta a la cultura, creo que ambas culturas son muy similares, siento que Bélgica tiene una vibra muy latina. A la gente le importa la comida y el divertirse. Noto más similitudes con México; no obstante, si lo comparo con los Países Bajos, encuentro muchísimas más diferencias.
Hablando del choque cultural, lo sentí cuando me di cuenta lo latino que es Bélgica. En general culturalmente noto grandes afinidades entre ellos y nosotros. La diferencia más importante es quizás el hecho de cuan abiertos somos los mexicanos con los extranjeros, pero creo que en ese sentido los mexicanos somos bastante únicos en el mundo.
Como muchos mexicanos que andamos por acá, extraño la comida, aunque debo decir que acá hay buenos restaurantes mexicanos, los cuales trato de visitar en cuanto tengo la oportunidad.
Creo que lo más importante es estar abierto a las oportunidades. Por eso cada vez que me preguntan que hago en Bélgica, me gusta contar la anécdota de la primera vez que vine a Bruselas y dije que jamás regresaría, y pues ahora vivo aquí.
Hago investigación de forma colaborativa. Mi forma de contribuir a México es colaborando con universidades o centros de investigación. Colaboro principalmente con la Universidad de Guadalajara y la Universidad Iberoamericana campus Puebla. De hecho, en esta última tengo el título de investigador afiliado. Colaboro en proyectos con ellos y hemos publicado libros y artículos. Además, he enviado estudiantes holandeses a apoyar organizaciones sociales en México. Esto ha sido como parte de la formación internacional de los estudiantes y al mismo tiempo las organizaciones obtienen el apoyo de estudiantes para proyectos específicos.
Creo que en general puedo decir que si ha valido la pena estudiar y trabajar en el extranjero, estoy muy contento con mi trabajo pues es lo que me apasiona. Pero no descarto la idea de algún día regresar a México, así que ya veremos que pasa en el futuro.
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