Nuevamente te escribo para compartirte material muy valioso que te servirá si piensas vivir o vives en el extranjero.
Esta vez, recomendamos el video de nuestra psicóloga de cabecera: Irene de @mentesenequilibrio.
Vi este video completo y me parece que transmite un mensaje muy claro acerca de los errores que uno puede cometer al idealizar la experiencia que uno cree que va a tener al vivir en el extranjero. Si no puedes ver el video completo, te dejamos este resumen.
Cuando uno planea vivir en el extranjero se idealiza mucho esta experiencia; sin embargo, debemos de prepararnos ante los retos que vayamos a enfrentar.
La idealización es como un proceso de enamoramiento, se crean perspectivas positivas de lo que pueda pasar y nos sirve como un empuje o un trampolín para irnos. No obstante, para poder transformar nuestra experiencia en una relación sana con el país de acogida, tenemos que aterrizar nuestras expectativas y estar conscientes de que no todo es ni será perfecto.
Mucha gente cree que, a través de los viajes, será “finalmente feliz”, tal como al tener una pareja, un hijo, una compra, etc. Lo cual no es cierto, ya que la felicidad está en nosotros.
Asimismo, la idealización puede originarse en el hecho de que actualmente vivimos en una sociedad alimentada por las redes sociales, donde se crean expectativas irracionales, se adquieren deseos que no son nuestros y esto genera una comparación que no acaba y ocasionan una presión social por el “viajar”. Esto es un grave error causado también por la desinformación.
Vivir en el extranjero requiere un esfuerzo y una preparación mental. Muchos cometemos el error de enaltecer la experiencia y nos deslumbramos ante todo aquello que nos sorprende. La consecuencia de idealizar esta experiencia es la decepción, ya que no existe ningún país perfecto.
Debemos de estar conscientes de que el hecho de migrar y enaltecer otro país produce una distancia psicológica y nos coloca en un en un nivel inferior imaginario que nos hace pensar que lo demás es inalcanzable.
Esto crea un bloqueo emocional que se manifiesta, por ejemplo, para unas personas no sentirse lo suficientemente capaces para integrarse, para otras, en la incapacidad de hablar el idioma del país de acogida.
También, cuando se vive en el extranjero, los procesos psicológicos de los migrantes se hacen más intensos, tales como las pérdidas y los duelos migratorios, la aculturación y la reconstrucción; consiguientemente, la decepción posterior a la idealización puede vivirse de forma más profunda.
La consecuencia de idealizar la experiencia en el extranjero es el desequilibrio emocional. Desgraciadamente, muchas veces algunas personas se maltratan a sí mismas, cuestionando su estancia en el extranjero (“¡qué tonto soy por venirme!”, “¿Qué hago aquí?”) o se victimizan (“¡Pobre de mí!”, “¡la gente de aquí no me trata bien!”, “¡me engañaron!”, “¡la migración es una situación de fracaso!”).
¡No debemos luchar en contra de la experiencia!
Será normal sentirse mal de repente y no está bien quejarse constantemente y querer regresarse. Los pensamientos de maltrato o victimización no son la respuesta, debemos de aceptar las consecuencias de nuestras decisiones y acciones.
El migrar va de la mano con estar conscientes de los retos a los que nos enfrentaremos. Las recomendaciones son las siguientes:
No idealizar
Migrar con mayor conciencia y objetividad
Estar agradecidos del poder ver todos los días lo que hay
Permanecer flexibles a los cambios.
Dejarnos sorprender
Procurar mantener un equilibrio emocional ante el duelo y la adaptación para hacerle frente de una mejor manera.
Al conocer los retos a los que nos enfrentaremos, nuestros procesos psicosociales serán más fluidos y menos salvajes.
Finalmente, podremos adaptarnos. Y valorar lo que hemos aprendido y las personas en la que nos hemos convertido.
Debemos de prepararnos para migrar, conocer cómo es el país de acogida, conocer el idioma, la cultura, la comida, el clima, los lugares de visita e investigar las experiencias de otros extranjeros viviendo ahí.
Es importante hacer una migración consciente: honrar a dónde vas a llegar y honrar de dónde vienes. Saber qué es lo bonito que tienes de tu país evitando caer en el patriotismo y la idealización de dónde vienes; y saber que uno aportará dignamente al país de acogida. Y honrar lo que voy a experimentar al país a donde voy y lo que voy a aprender para transfórmame una mejor persona.
Todo esto de forma objetiva y humilde.
Reconstruir una vida en un país extranjero va a ser un proceso nuevo y debemos tener paciencia, seguridad de aprender a movernos en esta vida nueva y entender que todo esto es un proceso.
La migración es un proceso que funciona de forma paulatina.
Si quieres saber más, te dejamos el video para que puedas disfrutar más de este tema:
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